La urgencia de la pandemia también ha introducido una nueva tendencia de innovaciones tecnológicas en la feria Consumer Electronics Show (CES), el mayor escaparate mundial de nuevas tecnologías de consumo que se presenta cada mes de enero en Las Vegas y que este año se ha tenido que celebrar de forma virtual. Las tecnologías anti-COVID-19 no se engloban dentro de una línea definida, sino que forman un conjunto sumamente heterogéneo de propuestas destinadas a luchar contra la propagación del virus o bien a facilitar la vida de los ciudadanos en tiempos de pandemia.
Así, en el CES se han presentado tecnologías médicas como dispositivos vestibles (wearables) y de telemedicina, mascarillas inteligentes que envían datos a un smartphone sobre la respiración y la calidad del aire, nuevos escáneres de temperatura corporal, mini purificadores de aire portátiles para llevar en el bolso o apps basadas en IA para medir ciertos parámetros de salud con una imagen del rostro. Pero también nuevos equipos y sistemas de consumo para facilitar el teletrabajo, el aprendizaje remoto y la conectividad en situaciones de cuarentena o confinamiento; en resumen, la optimización del centro de trabajo digital, en lo que la consultora Deloitte ha definido como “el mayor experimento mundial no planificado de trabajo desde casa”. Según escribe en Forbes Alex Tsepko, CEO de la compañía Skylum, la COVID-19 ha acelerado la tecnología de un modo nunca antes visto, con el terreno de la salud digital impulsando el avance de la IA, la robótica, el aprendizaje automático, el análisis de Big Data o la multiconectividad de dispositivos inteligentes.
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